La energía es primaria y la forma es secundaria, es un principio básico de una cierta ciencia que establece vínculos con lo que nos es imperceptible. El olvido de ese principio - que es orden-matriz - marca la pauta del desequilibrio que vivimos hoy en día, como civilización; y como la raza cósmica que somos; esta raza que aun no se gradúa a entenderse como tal. Form follows Energy, es una máxima precisa y certera que engendra una re conexión con la lógica de la creación. Aquí y ahora acuñamos esa máxima y la ponemos en circulación para que su fuerza intrínseca afecte las formas del mundo en que vivimos, para que configure un nuevo tiempo / espacio y sea recurso de Vida y de sanación.
El ser creativo - nuestra herencia fundamental - es el ser abierto a sintonizarse con las dinámicas del sistema infinitamente excéntrico y concéntrico en el que vive. Ese sistema que lo circunda es inabarcable, inconcebible, inenarrable, por ello no hay un plan maestro de dominio ni de control, que le vaya a servir jamás. Los esfuerzos en esa dirección siempre serán fugas de esa misma energía creadora… El Orden de cualquier sistema vivo se auto genera constantemente, y lo que podría leerse como caos, o como un desfase arbitrario en el seno de ese Orden, es la primera iteración de un orden nuevo que le sigue, en la siguiente octava de la consciencia. Importa recalcar aquí, que no hay propiamente una siguiente octava en la consciencia, porque esta no tiene niveles, y además está quieta, inmóvil: no hay ni más ni menos, ni arriba ni abajo en ese lugar que no tiene lugar. Porque eso que llamamos consciencia es algo así como el movimiento del movimiento y ahí de plano no caben esas categorías. Lo que sí hay son niveles de calidad y de intensidad en nuestra sintonización a esa totalidad. Para resumir: en el fondo - y en la superficie - está la consciencia, y mudarnos a esa base es en sí la obra misma de la creación del cambio; y es también el cambio de escena que todos esperamos, en la obra de teatro trágica en la que estamos: la de una humanidad depredadora, que no sabe como transformar esa historia infeliz. La base de todo no es una realidad física inconexa y arbitraria… o bien deja de serlo cuando se percibe desde su matriz auto generadora, y eso que llamamos realidad se deja entonces ver como lo que es, como el síntoma, el orden explícito de una energía implícita - de frecuencias inaudibles -, que están ahí, y que nosotros canalizamos… o bien en equilibrio… o bien en desequilibrio. Se trata de visualizar el hecho de que la base de todo lo visible y de lo palpable es pura energía, no clasificada; el viento etéreo que pone en movimiento el caleidoscopio. Ahí empieza la libertad que abre las puertas al gozo, y del gozo a la belleza y de la belleza al viaje en lo eternidad y en lo extenso. Qué consciencia detrás de la consciencia pone en movimiento la trama? … la pregunta abierta que nadie abarca… y cuál es la historia que responde a ese movimiento: el mundo expresado, lo que llamamos realidad. Form follows energy.
Form follows energy es la máxima de una ciencia oculta - esotérica en el sentido elemental de esa palabra - aunque su lógica esté disponible y sea perceptible para todo el que recibe y atiende. Form follows energy, es el decreto que pone fin a una era de atrofia, el reinicio, de un diálogo elemental con el aspecto inmaterial del universo, con aquello que solo se puede conocer en sus reflejos, aquello que no es ni lo uno ni lo otro, sutura de la sutura. Esta misma bandeja trae de plano la re introducción de la relación inter-hemisférica del pensamiento. La Verdad, podemos decirlo sin temor, es interhemisférica, un péndulo infinito y paradójico entre lo singular y lo universal, una pulsación. Otra manera de aludir a esto: esa verdad es el balance entre la energía activa, y la energía pasiva que aterrizan por obra y gracia de lo Innombrable en cada estado del equilibrio. Y la clave de todo es que debe estar claro el canal de esa energía, sostener un decreto impecable; la intención clara de ser reflejo del orden, y de no explotar, nunca explotar. La cosmovivencia del orden ancestral es eso en esencia, mover la energía desde la intención, hacia la reciprocidad. Si la energía que genera la forma viene de una intención de explotación tendremos un mundo en caos, por más parches y estrategias para apagar los fuegos que aparecen en todas partes epontáneamente. Y es ahí donde estamos.
Form follows Energy tiene el eco de otra máxima, alberga una nota al pie: la célebre máxima Form follows function. Esta última fue acuñada en tiempos de la celebración del modernismo y de su énfasis en un orden restricto mecánicista. Esa máxima reza su credo racional con la certeza del que tiene una receta que le ha funcionado y que aparentemente funcionará para siempre. Fue el mantra de un programa civilizacional omnicomprensivo. Ese programa es parte de una cacofonía que tiene un nombre simple: la crisis de la separación.
Form follows energy es esa otra fórmula actualizada a nuestro destino actual, en los tiempos en los que el desequilibrio muestra sus primeras consecuencias realmente graves. Esta máxima nueva y antigua es la expresión del mismo programa que está en nuestro ADN. Señala que la naturaleza funciona como código. La energía crea los caminos, por los cuales ella se quiere mover, o por los cuales se quiere expresar. La voluntad humana tiene su chance sobre la tierra si atiende a esta dinámica y la pone en Obra.
Digamos que la concentración de energías altas, finas, sutiles, gradualmente hace coalición hacia la expresiones de otras energías más densas. Y al final de la cadena está el efecto físico. Para resumir de nuevo con una visualización concreta: las energías de alta frecuencia del sol, crean variaciones térmicas en la tierra, y de ahí viene el viento, una energía mas baja que la energía del sol. Luego el viento crea olas en el agua, un medio más denso que el aire, y de ahí el agua crea surcos en la arena que es la más densa de las frecuencias en este ciclo. Tres niveles de modulación de energía. A esa matriz del orden es a la que se le debe obediencia, y de ahí vendrá la concordancia, y por medio de ella la evolución creativa.
Para terminar miremos hacia el agua, la llamada “hija primogénita de la luz”, ese ente creado por energías altas del cosmos. El agua tiene un estado óptimo, donde esta viva, desde una perspectiva que no nos es dado aun conocer. Cualquier dirección que se aleja de ese estado óptimo hacia una temperatura más alta o hacía una temperatura más baja se aleja del punto de equilibrio. Lo mismo le sucede a un cuerpo humano, o un cuerpo social cuando se desvincula de la energía intrínseca y se aleja del punto de equilibrio: viene la caída del sistema inmunológico - un sistema sutil que tampoco hemos ni empezado a comprender - y viene la enfermedad sistémica. En un mundo de intenciones coherentes, puestas en obra desde la matriz de “la intención” es otra la historia.