La Raiz de la Raiz, todo pueblo tiene su historia
2007
Samper
La raíz de la raíz. Todo pueblo tiene su historia, 2008.

Bucher nos presenta un evento que se desenvuelve en tres momentos: 1978, 1994 y el momento de creación de la obra, 2008. Este evento tiene cuerpo: el de un joven político promesa nacional que en 1978 pronunciaba, en el simposio de la anif, un discurso sobre los modos de producción de la marihuana en Colombia, su lugar en el mercado mundial, y la interacción entre productores, distribuidores y consumidores. En 1978 este joven político, Ernesto Samper Pizano, concluía su intervención afirmando que del mercado ilegal de la marihuana —un negocio explotado a escala mundial—, lo único que recibía Colombia era el 20 % de las ganancias totales, una guerra de alto costo contra las drogas y una mala imagen. Con este discurso, la joven promesa de la política nacional, valiéndose de argumentos de orden económico, abogaba por la legalización de la planta. Dieciséis años después, en 1994, Ernesto Samper ganaba las elecciones presidenciales. Su opositor viajó a los Estados Unidos llevando consigo la evidencia que relacionaba la campaña electoral de Samper con el cartel del narcotráfico de la ciudad de Cali. La evidencia señalaba que la campaña presidencial del presidente Samper fue financiada con dineros ilícitos del narcotráfico. François Bucher, en Raíz de la raíz, nos dice que esas pruebas hicieron un viaje circular. El texto del video explica que esta evidencia volvía como un bumerang a su lugar de origen: las pruebas habían sido inicialmente preparadas por el cuerpo secreto de los Estados Unidos. En el año 2008, de nuevo Ernesto Samper, ahora expresidente, más viejo y pesado, se presenta ante la cámara de Bucher. Allí, Samper vuelve a leer su intervención de 1978 en el simposio de la anif.

En el tejido de temporalidades que esta nueva aparición del político en el ocaso nos presenta, Bucher introduce a la esfinge, cabeza de mujer y cuerpo de león, como el motivo alegórico de este nuevo discurso. En el presente de la imagen resuenan retazos de verdad y mentira; por un lado, la intervención de Samper ante la anif exhibe una lógica económica que casi funciona como sentido común para tratar el tema de la legalización de la marihuana. Por otro lado, su rostro cansado y la frase con la que introduce su discurso —«¡Lo que me ha costado esa audacia!»—, pone a tambalear la natural correspondencia que existe entre las palabras y las cosas, las ganancias y las pérdidas. La esfinge propone acertijos, y la incapacidad de resolverlos se castiga con pena de muerte. En el caso del expresidente Samper, se trató de una muerte ética y política.

El reino de Tebas, sin rey, es asediado por la esfinge y su castigo mortal. Ante esta circunstancia, aquel que resolviera el acertijo sería rey de Tebas y tomaría como esposa a Yocasta. Edipo logró solucionar el acertijo y salvó a Tebas, pero su proeza lo condujo a su destino fatal. En el 2008, Samper hacía de esfinge y de Edipo a la vez. Llegó a ser rey, pero solo fue para encontrar su fatal destino, uno que se empezó a tejer cuando se posicionó como una joven promesa de la política nacional, partidario de la legalización de las drogas, y que como presidente se perfiló como un riesgo para la política mundial de la guerra contra las drogas. Por Carolina Luján y Claudia Salamanca. (La catástrofe del presente, 2016)

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