...al trazar el origen de una idea inevitable a la que se llegó, nos percatamos de que hubo muchas avenidas que llevaron allí. El tema de la polarización en mi trabajo es un caso así. Viene de un sueño donde se me señala en un libro, con el dedo índice, el nombre L.P. Rosen, y luego la constatación de que esa persona es uno de los colaboradores en múltiples ensayos científicos sobre radioastronomía; o viene de un concepto de los indios Yanomami, sobre cómo se sacan al ruedo los espíritus del subsuelo cuando se extraen los hidrocarburos: el ADN de un origen lejano de la madre tierra; o viene de vivir la vida perceptual en relación al ruido mediante el cual se habilita la experiencia apofénica, es decir que se lee el mundo como un código infinito, o se captan señales débiles del universo y se ausculta su sentido escondido.
O viene de una fascinación de niño con el tornasolado de la gasolina sobre el agua; o de un método de navegación tanto de los vikingos como de los escarabajos; o de la novela "Contact" de Carl Sagan y sus múltiples pistas sobre el momento en el que los desarrollos de punta en astronomía tornarían la cosmología en una ciencia exacta; o de querer ir al límite de la percepción... que es parte de la universidad que he cursado con Jacobo Grinberg-Zylberbaum en México o con los taitas -chamanes-, del bajo Putumayo en Colombia. Esa universidad es la que plantea la pregunta sobre cómo se forman las imágenes y los objetos en nuestra consciencia. Todas las avenidas conducían.
— François Bucher