Usando las funciones de polarización y anisotropía, Bucher ha ideado la manera de rescatar un tipo de imagen que nos ubica en el “grado cero” de la percepción. Esto se logra auscultando la fotoelasticidad del material más grosero y cotidiano, el PET —el polímero común usado en la fabricación de botellas y bolsas de plástico— con unos filtros polarizados en posición perpendicular, uno con otro, y un panel de luz led de fuente lumínica. Los colores que percibe el ojo no son colores reales, sino productos de la polarización y/o la anisotropía. De tal forma que cuando el observador se moviliza frente a la pieza cambia el espectro del color de la misma, ya que estos colores están determinados por los ángulos de las ondas de luz polarizada. La técnica de Bucher consiste en modelar a partir de la tensión del material —o con la técnica de termoformado en polímero más rígidos—. El polímero es un derivado del petróleo de tal forma que la auscultación del origen molecular del material es análoga a la auscultación del cosmos por los radiotelescopios que crean mapas del tiempo a partir de la anisotropía. Al posicionar el polímero entre dos filtros de polarización linear, la fotoelasticidad del material crea la imagen alucinada.
Esta técnica, y las metáforas que se desprenden de la misma, están puestas en escena en el Aparador Cuchilla y de forma más extensa en la exposición Contact, presentada en la galería josé garcía,mx en México.
— Cita del texto de François Bucher: “Un aterrizaje forzado y el patrón del arado”
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The creation of images out of the phenomenon of polarized light and the crystallization of common polymers is directly linked to a deep understanding of what has gone on in the science of Astronomy and Astrophysics, specifically regarding radio astronomy and the representations of the Big Bang. Bucher has followed some clues that Carl Sagan left in his novel Contact, and created different metaphors relating to these concepts. Among them is precisely the emphasis on polarization and anisotropy.
The text that goes by the name Contact was written before engaging in channeling the "primeval ghosts" of fossil fuels to the present tense —the prime matter of the polymer—. The DNA of common plastic is explored —and its hidden origin, as well as its wide spectrum of latent colors— which brings forth the biological life of an era that got compressed into hydrocarbons, that in their turn compose the polymer. Our DNA, by the way is also a polymer.