SETI
SETI y El Potencial Transferido, 2019. Serigrafía, 60 x 45cm

Un grupo internacional de investigadores anuncia que en mayo 15, 2015, 18:01:15.65 se dio la detección de una señal contundente en la dirección del astro HD164595. La detección fue lograda con el radio telescopio RATAN-600 en Zelenchukskaya en Karachay– Cherkess, República de Rusia. Esta detección es parte del proyecto global SETI, cuyas siglas en ingles significan “Búsqueda de inteligencia extraterrestre”. La imagen da cuenta de la detección de un patrón inteligente en el sin-patrón del ruido cósmico de fondo. La imagen en la parte baja de la serigrafía da cuenta gráficamente del momento en el que la inteligencia artificial detecta el rastro de patrón inteligente, que se convierte en candidato al descubrimiento de un contacto con el otro. En la parte superior de la serigrafía otra gráfica señala a su vez una anomalía. Se trata del experimento “El potencial transferido” de Jacobo Grinberg-Zylberbaum: un elegantísimo experimento de laboratorio donde se demuestra la telepatía no consciente a partir de electroencefalogramas en el sujeto B, receptor, cuya actividad cerebral registra el instante de shock del sujeto A, cuando este recibe un estímulo visual repentino. En el punto de sutura entre ambas gráficas hay una sugerencia de fondo, el contacto entre dos sujetos en cuartos contiguos de un laboratorio es el mismo que entre dos civilizaciones a millones de años luz de distancia. La consciencia es una sola, y se manifiesta en puntos en el espacio, que en últimas son una mera ilusión de separación.

Y es en el viaje hacia ese patrón, ultra espacial y ultra temporal donde se descubre la consciencia que puede auto conocerse como consciencia. El patrón es lo que no es la cosa.

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Carl Sagan y su esposa Ann Druyan fueron ardientes impulsadores de SETI, la búsqueda de inteligencia extraterrestre. De algún modo la base misma de la novela Contact es una demostración intrincada, de los diferentes niveles conceptuales de la radio astronomía como método paralelo de auscultar el ruido cósmico de fondo como búsqueda de la forma del tiempo largo Universal; y paralelamente de auscultar ese mismo ruido en búsqueda de vida inteligente en otros confines del universo. Ahí es donde nos separamos de las razones que daba públicamente Sagan para su creencia en la inteligencia extra terrestre: nos separamos de su énfasis en que se trataba de una cuestión de probabilidad. —¿Por qué tanto espacio solo para nosotros?— era su pregunta, muy puesta en la razón del científico pragmático. Aquí preferimos quedarnos en un terreno más difuso, con la mirada puesta en un horizonte de sucesos en el que el dónde y el cuándo se transforman absolutamente, y donde más que viajeros espaciales nos convertimos en viajeros paradójicos en un ahora que es un siempre, y en un más allá que está anclado aquí

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